La sostenibilidad logística ya no es una opción: es el requisito para que la manufactura mexicana compita, exporte y permanezca relevante en el futuro. Pero, sobre todo, para mantener un compromiso con la sociedad y el medio ambiente.
En México, la logística responsable ha comenzado a consolidarse como un eje clave para la sostenibilidad en la industria manufacturera, particularmente en sectores estratégicos como el automotriz y el de alimentos. Este enfoque busca no solo reducir los costos y optimizar procesos, sino también disminuir el impacto ambiental, fomentar prácticas éticas en la cadena de suministro y cumplir con los compromisos de sostenibilidad que cada vez más clientes, inversionistas y gobiernos demandan. A medida que la relocalización industrial (nearshoring) incrementa la actividad manufacturera en regiones como el Bajío, el norte del país y el corredor industrial del centro, la logística con un enfoque sostenible se vuelve un factor diferenciador.
En el sector automotriz, empresas como General Motors, Ford, Toyota y BMW, que operan plantas en México, han comenzado a implementar estrategias para reducir su huella logística. Estas incluyen desde el uso de transporte ferroviario para evitar miles de trayectos por carretera, hasta la creación de centros de consolidación de carga que permiten compartir rutas entre proveedores.
El Clúster Automotriz de Guanajuato (CLAUGTO), por ejemplo, ha impulsado iniciativas entre sus asociados para compartir espacios logísticos y reducir kilómetros recorridos por unidad producida. Este modelo colaborativo de transporte se ha traducido en reducciones de hasta 20% en emisiones de CO₂, además de una baja en los costos de distribución, según datos publicados por el mismo clúster en sus informes anuales.
El sector académico ha hecho su parte también. La Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) ha trabajado junto con empresas del clúster automotriz de Nuevo León en la evaluación de rutas logísticas, promoviendo el uso de vehículos con mayor capacidad y menor impacto ambiental. Un estudio liderado por investigadores del Centro de Innovación en Logística y Cadena de Suministro Sustentable de esta universidad demostró que una mejor planificación de rutas puede reducir hasta en 15% el consumo de combustible en operaciones de última milla. Esta línea de trabajo ha sido replicada en otras regiones del país, demostrando que el análisis logístico con criterios de sostenibilidad puede generar beneficios inmediatos tanto ambientales como financieros.
El Instituto Tecnológico de Monterrey ha contribuido con el desarrollo de modelos matemáticos para la optimización de la cadena de suministro con criterios de sostenibilidad. Desde su Centro de Logística Sustentable, se han publicado estudios que demuestran cómo la incorporación de variables ambientales en la toma de decisiones logísticas puede mejorar la resiliencia y competitividad de las empresas, especialmente ante disrupciones globales como las vividas durante la pandemia.
Alimentos bajos en carbono
Casos como el de Grupo Bimbo destaca como un referente regional en la industria alimentaria. La empresa ha desarrollado una de las flotas eléctricas más grandes de América Latina para distribución urbana, con más de 2,500 unidades eléctricas en operación en México. Estas unidades recorren diariamente más de 100,000 kilómetros sin generar emisiones, lo cual equivale a evitar la emisión de más de 4,000 toneladas de CO₂ al año, según datos de su informe de sustentabilidad.
La empresa mexicana ha implementado sistemas inteligentes de gestión de rutas con el objetivo de maximizar la eficiencia de cada entrega, reducir tiempos de carga y minimizar el desperdicio de combustible. La empresa también ha impulsado el uso de empaques retornables y reciclables, disminuyendo significativamente el volumen de residuos plásticos generados por su cadena logística.
Otro caso interesante es el de Nestlé México, que ha seguido una línea similar, especialmente en su división de alimentos y bebidas. Con centros de distribución estratégicamente localizados en el Estado de México, Jalisco y Querétaro, ha implementado prácticas de logística inversa para recolectar empaques y productos retornables, así como rutas de transporte multimodal que combinan ferrocarril y transporte terrestre.
En su planta de Lagos de Moreno, Jalisco, se han logrado reducciones importantes en el uso de diésel gracias a la implementación de vehículos híbridos y eléctricos para entregas regionales. Nestlé también participa en iniciativas de colaboración logística, compartiendo infraestructura de transporte con proveedores y distribuidores para evitar trayectos duplicados.
Logística digital
El uso de tecnologías de la información (TI) ha jugado un papel importante en la eficiencia del movimiento de las mercancías. Un caso para destacar es el de Cemex, que lleva muchos años en la tarea de digitalizar su operación logística para mejorar la planificación de entregas de cemento y concreto para así reducir emisiones. A través de su plataforma digital “Cemex Go”, la empresa permite a sus clientes programar entregas de materiales de construcción de forma más eficiente, lo que ha permitido optimizar la utilización de camiones, reducir recorridos vacíos y evitar congestionamientos. Este tipo de soluciones digitales no solo mejora la experiencia del cliente, sino que contribuye a una logística más limpia y ordenada.
Las instancias de Gobierno juegan un papel crucial y tienen un grado significativo de responsabilidad. Programas como “Transporte Limpio”, impulsado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), han sido fundamentales para promover prácticas logísticas más sostenibles entre las empresas manufactureras.
Este programa ha reconocido a más de 300 empresas en México que han logrado mejoras medibles en la eficiencia energética de sus operaciones de transporte. En este marco, muchas empresas exportadoras del sector manufacturero han comenzado a incorporar métricas de desempeño ambiental en sus sistemas logísticos, incluyendo la huella de carbono por tonelada transportada y el porcentaje de rutas optimizadas.
Además del impulso del gobierno federal, algunas organizaciones del sector privado como el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (INDEX) han promovido la adopción de mejores prácticas logísticas en parques industriales. Entre ellas se encuentra la implementación de sistemas compartidos de transporte para maquiladoras, el uso de energía renovable en centros logísticos y el monitoreo en tiempo real de flotas para reducir ineficiencias.
Es posible concluir que estos esfuerzos reflejan una tendencia creciente hacia la adopción de una logística responsable en la manufactura mexicana. El contexto del nearshoring y la presión internacional por cadenas de suministro limpias están acelerando este cambio.
En la medida que más empresas buscan integrarse a cadenas globales que valoran la transparencia, la eficiencia energética y el bajo impacto ambiental, la logística responsable dejará de ser una ventaja competitiva para convertirse en una condición indispensable para operar.
México, con una red de manufactura ampliamente desarrollada y un claro posicionamiento geográfico estratégico, tiene la oportunidad de liderar este cambio si consolida una logística sustentable como estándar de operación industrial.