Derivado de la reconfiguración global de las cadenas de suministro, para México se presenta la oportunidad para posicionarse como un actor estratégico para el desarrollo de la industria de semiconductores.
Su ubicación geográfica, experiencia en manufactura avanzada y su conexión con el mercado norteamericano brindan al país una oportunidad sin precedentes para fortalecer su participación en esta industria clave. Sin embargo, nada es garantía: la inversión en tecnología, infraestructura y talento especializado es fundamental para que México pueda integrarse de forma plena y competitiva a la cadena de valor de semiconductores.
Según el informe “Oportunidades para el Nearshoring de Semiconductores en México”, desarrollado por la Fundación México-Estados Unidos para la Ciencia (FUMEC), el país tiene el potencial de convertirse en un socio clave para el suministro de semiconductores en Norteamérica. Este análisis detalla las capacidades existentes, los retos a superar y los pasos necesarios para impulsar una industria que podría beneficiar no solo a México, sino a toda la región bajo el marco del T-MEC.
Un mercado en crecimiento
La industria global de semiconductores, que se espera supere los 1.2 billones de dólares para 2029, representa uno de los sectores económicos más estratégicos y críticos en el mundo. Estos componentes son el corazón de dispositivos como vehículos eléctricos, electrodomésticos, dispositivos médicos y sistemas de inteligencia artificial.
Las interrupciones sufridas durante la pandemia de COVID-19 revelaron la vulnerabilidad de una cadena dominada por Asia, particularmente Taiwán, China y Corea del Sur. Ante este escenario, Estados Unidos y Canadá buscan fortalecer la producción regional, y México emerge como un destino clave para el nearshoring.
Actualmente, México es el noveno exportador mundial de productos electrónicos, con una industria manufacturera robusta y una red de tratados comerciales que lo conectan con 50 países, destacándose el T-MEC. Esta posición privilegiada le permite integrarse a las cadenas de suministro norteamericanas con costos competitivos y eficiencia logística.
Ahora bien, ¿qué tipo de semiconductores puede fabricar México? El informe de FUMEC señala que, aunque México no está listo para producir chips de vanguardia (de 3-7 nanómetros), sí tiene las condiciones para enfocarse en semiconductores de tecnología básica e intermedia. Estos incluyen:
- Semiconductores discretos: Componentes individuales como transistores y diodos utilizados en sistemas electrónicos.
- Circuitos integrados (CI) de nodos maduros: Chips de 28 a 150 nanómetros empleados en automóviles, electrodomésticos y aplicaciones industriales.
- Sensores MEMS: Dispositivos microelectromecánicos usados en sistemas de control, IoT y automoción.
- Ensambles, pruebas y empaquetado (ATP): Procesos que permiten agregar valor al producto final.
- Diseño básico de chips: Especialización en el desarrollo de semiconductores analógicos y de baja complejidad.
Estas actividades requieren menor inversión y pueden implementarse a corto plazo, con plazos de 2 a 5 años. Además, son complementarias a las capacidades tecnológicas de Estados Unidos, donde se concentra la producción de chips avanzados.
Infraestructura y talento: retos inmediatos
Uno de los principales desafíos para el desarrollo de una industria de semiconductores en México es la necesidad de infraestructura especializada. Las etapas de producción, especialmente en ensamblaje y pruebas, requieren instalaciones como cuartos limpios, equipos de fotolitografía, metrología y centros de pruebas.
A la fecha, México cuenta con una red limitada de instalaciones, muchas de ellas orientadas a la investigación y capacitación académica. Ciudades como Baja California, Jalisco y Querétaro ya poseen infraestructura básica, pero es necesario ampliar y modernizar estas capacidades.
La fuerza laboral es otro reto crucial. Aunque México ocupa el tercer lugar en la OCDE por el número de graduados en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), el informe de FUMEC advierte sobre la falta de especialización técnica en semiconductores. Programas de colaboración entre industria y universidades son necesarios para capacitar a ingenieros y técnicos en procesos específicos de diseño, manufactura y pruebas.
Integración con Estados Unidos: un bloque competitivo
La complementariedad entre México y Estados Unidos en la industria de semiconductores es clave para el desarrollo de un bloque norteamericano competitivo. Mientras que Estados Unidos mantiene el liderazgo en diseño y manufactura de alta tecnología, México puede especializarse en áreas como ensamble y empaquetado de productos finales; suministro de materiales críticos, como gases industriales y componentes electrónicos, y diseño de semiconductores básicos.
Este esquema permitiría que los componentes fabricados en México cruzan la frontera varias veces antes de integrarse en productos finales, optimizando costos y tiempos de producción.
Un ejemplo claro es la industria automotriz, donde México ya cuenta con una red consolidada de proveedores que podría abastecer semiconductores discreos y MEMS para sistemas de control y seguridad en vehículos.
Para aprovechar estas oportunidades, México debe invertir de manera decidida en tecnología de manufactura. El desarrollo de una industria de semiconductores requiere estándares estrictos en términos de calidad, pureza y precisión, lo que implica modernizar procesos y adoptar tecnologías avanzadas.
Según FUMEC, el camino hacia una integración plena requiere de la construcción de infraestructura específica como centros de pruebas y laboratorios de diseño; la colaboración entre sector público, privado y académico; la reación de programas de formación y capacitación especializada, y la inversión en innovación y protección de propiedad intelectual.
Como parte de los esfuerzos por fortalecer la industria de semiconductores, la Fundación México-Estados Unidos para la Ciencia (FUMEC) ha desarrollado un Mapa de Ruta que identifica las capacidades y necesidades del país. Esta organización sin fines de lucro, creada en el marco del TLCAN, ha trabajado con gobiernos estatales, universidades y la industria para impulsar proyectos de tecnología avanzada y promover el desarrollo del talento local.
El potencial de México para integrarse en la industria de semiconductores es claro, pero también lo son los retos. La clave está en la inversión estratégica, la formación de talento y el desarrollo de infraestructura que permita cumplir con los estándares de calidad globales.