La industria de la manufactura se encuentra en un proceso constante de transformación ante la integración de tecnologías digitales en los procesos productivos. Es una gran virtud que la automatización, el Internet de las Cosas (IoT) y la convergencia entre tecnología de operación (OT) con tecnología de la información (IT), optimicen la producción, pero también han generado nuevos desafíos en términos de seguridad. La creciente interconectividad convirtió a las fábricas en objetivos atractivos para ataques cibernéticos que pueden afectar la disponibilidad operativa, comprometer datos críticos y, aún más allá, impactar la cadena de suministro.
Uno de los principales riesgos en manufactura es la vulnerabilidad de los sistemas industriales. A diferencia de otros sectores, en los entornos de producción no siempre se han diseñado sistemas con consideraciones de seguridad cibernética desde su origen. Muchas fábricas aún operan con equipos heredados que fueron concebidos para funcionar en redes aisladas, pero la digitalización ha cambiado este paradigma. La incorporación de sensores inteligentes, sistemas de monitoreo remoto y plataformas de gestión basadas en la nube ha incrementado la exposición a amenazas externas, desde el robo de información hasta la interrupción intencional de operaciones.
La infraestructura crítica dentro de la manufactura, que abarca industrias como la automotriz, la de semiconductores y la energética, enfrenta un nivel de riesgo aún mayor. La dependencia de procesos automatizados y redes industriales conectadas requiere estrategias de seguridad robustas que contemplen tanto la protección perimetral como la segmentación de redes internas.
La seguridad OT se ha convertido en un elemento fundamental, ya que cualquier ataque a sistemas de control industrial puede generar paros de línea, defectos en productos o afectaciones a la calidad de la producción.
El riesgo no se limita a los fabricantes de bienes terminados. La cadena de suministro global también se encuentra en la mira de ciberdelincuentes. Los proveedores de componentes y materias primas pueden ser utilizados como puntos de acceso para infiltrarse en sistemas más grandes. En los últimos años, se han registrado casos en los que un ataque dirigido a un eslabón de la cadena ha generado interrupciones significativas en la producción de empresas multinacionales. La falta de controles de seguridad en proveedores o socios comerciales puede abrir brechas que comprometan el ecosistema productivo.
Muros de protección
Es por este motivo que la implementación de estrategias de ciberseguridad en manufactura se ha hecho indispensable. La primera línea de defensa radica en la visibilidad de la red y el monitoreo en tiempo real de dispositivos y sistemas.
El uso de sensores de seguridad en controladores lógicos programables (PLC), firewalls industriales y sistemas de detección de intrusos permite identificar anomalías antes de que se conviertan en incidentes críticos. La segmentación de redes, que separa los entornos IT de los OT, es una práctica recomendada para minimizar el impacto de ataques en la producción.
Otro elemento clave es la gestión de accesos y credenciales dentro de la infraestructura industrial. La adopción de autenticación multifactorial y la implementación de principios de mínimo privilegio reducen la exposición de sistemas críticos a accesos no autorizados. Además, la actualización constante de software y firmware en dispositivos conectados es esencial para cerrar vulnerabilidades que puedan ser explotadas por atacantes.
La cultura organizacional también juega un papel determinante en la protección contra amenazas digitales. La capacitación continua del personal es fundamental para identificar intentos de phishing, fraudes digitales o comportamientos sospechosos dentro de la red. Los errores humanos siguen siendo uno de los principales vectores de ataque en la industria, por lo que concientizar a los operadores y administradores de sistemas sobre buenas prácticas en seguridad contribuye a reducir riesgos.
El desarrollo de normativas y estándares específicos para la ciberseguridad en manufactura es otro aspecto relevante. Existen iniciativas globales que han impulsado la adopción de marcos de referencia, como la norma IEC 62443, que establece lineamientos para la protección de sistemas de control industrial. El cumplimiento de estas regulaciones no solo mitiga riesgos operativos, sino que también brinda confianza a socios comerciales y clientes sobre la integridad de los procesos productivos.
No hay duda ahora de que la digitalización y la interconectividad son vitales para lograr objetivos como la eficiencia operativa y el aseguramiento de la calidad, pero en este proceso, la seguridad cibernética en manufactura ha pasado de ser un elemento secundario a un indicador de desempeño (KPI) más en la industria.
Las empresas están considerando ya la seguridad como parte integral de sus estrategias de transformación digital. La protección de la infraestructura industrial y la cadena de suministro requiere un enfoque proactivo que combine tecnología, gestión de riesgos y una cultura de seguridad sólida.