Los nuevos caminos del movimiento de materiales

Intralogística

La automatización de la intralogística he permitido que las plantas de manufactura eliminen cuellos de botella, reduzcan errores humanos y liberen al personal para tareas de mayor valor estratégico.

El movimiento de materiales dentro de una planta ha dejado de ser una operación secundaria. La evolución de la intralogística —entendida como la gestión de flujos de materiales, información y energía dentro del espacio de producción— se ha convertido en una de las claves para aumentar la eficiencia, reducir tiempos de ciclo y facilitar modelos de producción flexibles. Sistemas como los vehículos guiados de manera autónoma (AGV), los robots móviles autónomos (AMR) y las soluciones de transporte inteligente generan beneficios tangibles en el layout de las plantas industriales.

Según el estudio “The Future of Intralogistics” de Roland Berger (2023), la demanda por sistemas intralogísticos automatizados crecerá a una tasa compuesta del 15% anual entre 2022 y 2030, impulsada por la necesidad de adaptar operaciones a mayor variedad de productos, tirajes más cortos y presiones de entrega más agresivas.

Los sistemas AGV y AMR permiten flujos continuos y programables sin depender de operadores humanos. A diferencia de los transportes fijos —como bandas o rieles—, estas soluciones móviles se integran mejor a los principios de manufactura esbelta y Just in Time. Además, el despliegue de sensores y plataformas de gestión de flotas hace posible monitorear en tiempo real el estatus de cada unidad, integrándolas al sistema de planificación y control de la producción.

En el análisis “Smart Intralogistics in Industry 4.0”, publicado en el International Journal of Production Research (2022), se documenta que las empresas manufactureras que han implementado sistemas intralogísticos inteligentes han logrado incrementos de hasta 30% en eficiencia de flujo interno y reducciones de 25% en tiempos muertos por esperas o búsquedas de materiales.

Entornos dinámicos

La relevancia de la intralogística no se limita al traslado físico de partes. Su integración con tecnologías como RFID, sensores IoT y plataformas de trazabilidad permite una visualización continua del estado de los componentes, insumos y productos terminados. Esto resulta crucial en entornos altamente regulados —como automotriz, aeroespacial o médico— donde el control de lotes y la validación de procesos son parte crítica de la operación.

Una planta que automatiza su intralogística puede reorganizar sus líneas y celdas de trabajo sin depender de infraestructura fija. Esto favorece la transición hacia layouts modulares que acompañen los principios de flexibilidad productiva. Así, no solo se automatiza el traslado de mercancías, sino que se amplían las capacidades para responder a cambios en la demanda, introducción de nuevos productos o variaciones en el mix de producción.

En términos de eficiencia energética y seguridad, los sistemas inteligentes de intralogística también permiten optimizar rutas, evitar colisiones y reducir tiempos de espera, generando mejoras cuantificables en el uso del espacio y en el consumo de energía. Según datos del informe “Warehouse Automation Market Report” de Interact Analysis (2023), los sistemas AMR reducen hasta 40% el consumo energético frente a soluciones logísticas tradicionales en plantas de tamaño medio.

Otro aspecto importante es el impacto en la fuerza laboral. Mientras se automatizan las tareas repetitivas y físicamente exigentes como el arrastre de tarimas o la alimentación de líneas, se reduce la exposición del personal a riesgos ergonómicos, lo que trae en consecuencia la posibilidad de reasignarlos a  otras tareas, tales como control de calidad, ajustes finos o supervisión de procesos.

Operaciones conectadas al flujo

El despliegue de una intralogística automatizada requiere repensar la operación como un sistema de flujos dinámicos en el que cada elemento —máquina, estación, robot móvil— intercambia información con los demás. Esta visión conecta con la lógica de las plantas inteligentes: entornos donde el flujo no es solo físico, sino también digital y adaptable.

En este contexto, la logística interna deja de ser una función secundaria y se vuelve estratégica. En muchas industrias, representa el punto de partida para la integración de plataformas MES, SCADA o ERP en una arquitectura de Industria 4.0. La conexión entre los sistemas de producción y los movimientos internos de materiales permite modelar y simular escenarios, prevenir cuellos de botella y reconfigurar los recursos con base en datos en tiempo real.

El avance de la intralogística no se mide solo por la incorporación de tecnología, sino por su capacidad de transformar el paradigma de operación en planta: de lo rígido a lo adaptable, de lo reactivo a lo predictivo, de lo manual a lo autónomo.

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